Aire acoge No nos rendimos y Un juego de azar
Por Berta Bragado y Carmen Elsa
El pasado viernes 2 de marzo tuvo lugar a las 20:30 horas la doble inauguración de Natalia Romay y Elena Agrelo. La sala de exposiciones de Aire recibió en una atmósfera relajada a la multitud que acudió a conocer el trabajo de las dos artistas, que ofrecieron un breve discurso explicando sus obras.
La naturalidad y cercanía de Elena Agrelo durante su coloquio no están reñidas con la mujer fuerte y luchadora que se desprende de No nos rendimos, una serie de siete piezas que mezclan fotografía y collage para denunciar las continuas lacras presentes en la vida de las mujeres ya desde tiempos remotos: la Iglesia, la prostitución, el capitalismo opresor, la cosificación del cuerpo y la obligación de adherirse a unos estándares de belleza; y otras cuestiones que el éxito del 8M ha demostrado que están más que nunca en el punto de mira. La artista confiesa que la fotografía le ha servido como elemento de autoconocimiento, así como un potente canalizador de un rotundo mensaje de coraje y fuerza, pero también rabia e indignación. “El arte no solo es un vehículo de expresión, también lo es para la sanación”.
Por su parte, en Un juego de azar Natalia Romay trabaja con este elemento, trazando conexiones imaginarias entre viejas polaroids y frases recortadas de libros antiguos, en una suerte de poesía visual que cumple una doble función: reflejar lo que esas instantáneas significan para ella -el recuerdo nostálgico de una vida marcada por el constante viajar-, y a su vez invitar al espectador a crear sus propios vínculos “entre lo que ve, lo que lee y lo que pueda imaginar”.
Ambas exposiciones -que se pueden visitar hasta el 2 de mayo y el 4 de abril, respectivamente- conviven de manera armónica, pues se trata de dos artistas que trabajan sobre el mismo formato y con matices autobiográficos, pese a proceder de diferentes contextos: Natalia, argentina asentada en Madrid, con una trayectoria consolidada y Elena, una joven gallega cuyos inicios en el mundo del arte anuncian un futuro prometedor.
La jornada se cerró con un sentimiento de satisfacción generalizado, que las artistas corroboraron: “Que la exposición haya coincidido con el Día de la Mujer Trabajadora me hace sentir arropada y que de algún modo las fotografías representan y reconfortan a muchas anónimas”, ha afirmado Elena.
Natalia también tuvo buenas sensaciones: “El hecho de que la gente se agachase para leer las frases de las polaroids que estaban colocadas más a ras del suelo fue muy bonito. Poder llevar mi trabajo a otras ciudades forma parte del recorrido y/o viaje que reflejan mis imágenes, y significa mucho para mí. Al final en cada polaroid hay una historia en sí misma, y eso se traduce en movimiento”. Este círculo se ha cerrado de la mejor manera posible con el taller de poesía basado en Un juego de azar, dirigido por Juan Bello el pasado viernes 16 de marzo.
